Esta mañana el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, junto al Ministro de Relaciones Exteriores, Teodoro Ribera, se refirieron a la exitosa extradición del ex frentista Mauricio Hernández Norambuena, condenado en Chile por el crimen del ex senador Jaime Guzmán y el secuestro Cristián Edwards.

“Después de 22 años y más, en que se produjo una inédita fuga carcelaria chilena, la extradición de Mauricio Hernández Norambuena se concreta (…). Junto a la cancillería hemos trabajado para hacer esto posible y a través de este acto, por fin se hace justicia, ya que cuando no es posible cumplir las condenas que se establecen por delitos cometidos, entonces se hace inviable el Estado de Derecho. La burla a la justicia, es una burla a las instituciones”, expresó el titular de Justicia.

El Ministro Larraín explicó que el proceso de extradición “ha seguido el camino estrictamente de la legalidad. Aquí se ha cumplido un mandato anterior de la Corte Suprema, que en virtud de los antecedentes, había solicitado a la Cancillería la extradición de Hernández Norambuena en ese minuto preso en Brasil el año 2002. Luego en 2004, el Tribunal Supremo de Brasil estableció la autorización de esa extradición, y desde entonces nuestro país ha estado a través de los distintos gobiernos, procurando que se cumpla el mandato de la Corte Suprema”.

En esta línea, la autoridad explicó que “finalmente, en virtud del Tratado de Mercosur del 2012, hemos logrado asegurar esta extradición, que se ha hecho en estricto apego a los términos que este Tratado establece. Esto es, que la pena máxima que se puede imponer en el país que requiere, es la pena máxima que se establece en el país requerido. Eso significa que como en Brasil la pena máxima es de 30 años, la extradición es posible solo si en nuestro país se respeta esa pena máxima. Por lo tanto, no ha sido una decisión del Gobierno de rebajar la pena, sino que ha sido el resultado del cumplimiento de una obligación que emana de un Tratado internacional que el país suscribe”.

Finalmente, el secretario de Estado reveló que “nosotros estábamos en una disyuntiva si extraditar a Mauricio Hernández Norambuena en los términos que el Tratado y la Corte Suprema de Brasil lo establece, o no proceder a la extradición bajo esas consideraciones. Y si no había extradición, lo que había era la posibilidad de que Hernández Norambuena en pocos días o semanas más pasara a un régimen semi cerrado de cárcel, es decir, con reclusión nocturna y libertad diurna, y con un inminente riesgo de fuga dado su historial. Por lo tanto, lo que nosotros hemos hecho, es hacer posible que no haya impunidad y que esta persona pueda cumplir en Chile el resto de su condena, la cual puede llegar a 27 años de presidio efectivo”.